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57 les, los públicos, la financiación, los directores, los gerentes y las facultades que formen a los profesionales; pero el deber de informar, de separar el polvo de la paja, de condicionar y controlar al poder económico y político (preferiblemente por este orden), seguirá siendo la seña de identidad de quienes deben servir al usuario final de un servicio que es, en esencia, público y fundamental para construir una ciudadanía libre. Con cierta frecuencia, nos perdemos los profesionales en discusiones más o menos cortoplacistas y buscamos responsabilidades fuera de nuestro entorno; echando socorrida mano de las redes sociales, la crisis económica mundial, la competencia desleal o el intrusismo. Obviamente todo lo anterior condiciona nuestro trabajo y futuro, pero nos sirve también de cortina de humo para no hacer suficiente autocrítica. De modo que, como ciudadano; como andaluz; y como periodista que trabaja desde hace 37 años en medios públicos, me apunto los siguientes objetivos para el futuro, sin que su enumeración aquí suponga prioridad. Todos son igual de importantes. • Abandonar en los medios el seguimiento populista de quienes pretenden que la acción social y política sea una mera respuesta emocional rápida, nacida en los intestinos y con fines no declarados. Subirse a este carro supone el mayor riesgo de perder credibilidad y el final de los medios tal y como los conocemos hoy. Sí, estoy hablando del trumpismo, tan de moda en estos tiempos y tan cerca de nosotros, aunque no nos demos cuenta o, lo que es peor, no queramos asumirlo. • Reconocer el valor de los medios públicos y su función social, separando sus intereses y respetando su libertad de acción, con una justa financiación y sin competir en los mercados privados. No son tiempos de establecer una lucha entre ambos conceptos. Al contrario, son complementarios y, sobre todo, ayudarán a los ciudadanos, especialmente a los grupos minoritarios, a reconocerse en la sociedad en que viven. • Aprovechar las tecnologías (5G y fibra, por ahora) generando nuevas oportunidades a medios digitales públicos y privados, en una sociedad que intenta recuperar a la España Vacía y que, por lo tanto, demanda nuevas iniciativas para esa sociedad que emerge y necesita servicios de calidad, pese a todas las dificultades. Creo en una Andalucía comarcalizada donde el código postal no sea un handicap a la hora de disfrutar de servicios esenciales, como lo es la Información Local. Este es, en mi opinión, el gran nicho laboral para los futuros periodistas. • Romper con el centralismo social y económico, heredero de tiempos pasados y que no conseguimos superar. Andalucía es mucho más que el tópico que tanto alimentamos desde aquí (“Andalucía, el gran escenario de la alegría” Fitur 2022, por ejemplo) y los medios y periodistas debemos mostrar nuestros potenciales en todos los sectores, por encima de intereses mercanCreo en una Andalucía comarcalizada donde el código postal no sea un hándicap a la hora de disfrutar de servicios esenciales, como lo es la Información Local. Este es, en mi opinión, el gran nicho laboral para los futuros periodistas. Aprendamos a separar la opinión de la información. Respetemos ambas separándolas y evitando espectáculos que nos están conduciendo al cierre moral.

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