APC 25

33 Erika López Palma Comunicadora y divulgadora científica Responsable de comunicación del CSIC en Andalucía Comunicación científica: hacia el rigor y relato 1997 . Aunque su gran auge fue en los años 70 y 80, la ciencia ficción seguía muy de moda. Vimos en la pantalla grande el estreno de Contact, la película en la que Jodie Foster viaja a por el espacio exterior en una ambiciosa cacería científica: la búsqueda de señales alienígenas. Han pasado veinticinco años de esta historia de Robert Zemeckis y hasta el momento no hemos detectado ninguna llamada… Pero, aunque no en el hallazgo de vida extraterrestre, la ciencia y la tecnología ha explosionado en el logro de conocimientos: descubrimiento de exoplanetas, revolución del estudio del ADN, la detección del bosón de Higgs, descubrimiento de nuevas especies, grandes avances en la paleontología o la prevención el tratamiento de algunas enfermedades. La comunicación de la ciencia ha evolucionado en línea paralela a estos hitos y acontecimientos y, actualmente, se encuentra un periodo que podríamos denominar de efervescencia: hay más emisores de ciencia que nunca en más espacios informativos que nunca y con más potenciales receptores que nunca. Y, en esta efervescencia, en el ámbito de la comunicación de la ciencia se ha ido marcando en los últimos años un inequívoco camino de baldosas amarillas hacia dos puntos de llegada, que me gusta denominar las dos ‘R’: el Rigor y el Relato. Por un lado, se está produciendo una mayor contundencia en el rigor de la comunicación científica. En un universo informativo en el que se calcula que durante este año, 2022, el público occidental consumirá más noticias faltas que verdaderas y que no habrá suficiente capacidad ni material ni tecnológica para eliminarlas (Gartner, 2017) y en el que el 70 por ciento de los españoles no sabe distinguir una noticia falsa de un bulo (Science, 2020), las institu-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjE4MTM=