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19 entre las que destazan la construcción y el mantenimiento de la confianza (38,9%), la exploración de nuevas formas de crear y distribuir contenidos (32,4%), el tratamiento del desarrollo sostenible y la responsabilidad social (31,3%), la importancia de vincular la estrategia empresarial y la comunicación (30,5%), el refuerzo del papel de la función de comunicación para apoyar la toma de decisiones de la alta dirección (278%), hacer frente a la velocidad y el volumen del flujo de información (26,8%), la digitalización de los procesos de comunicación con las partes interesadas internas y externas (24,4%), la necesidad de dirigirse a más audiencias y canales con recursos limitados (24,4%), la utilización del big data y/o algoritmos para la comunicación (22,5%), hacer frente a la evolución digital y a la web social (21,7%) y el asesoramiento y el entrenamiento a ejecutivos o compañeros de trabajo en temas comunicativos (19,3%) Para ello, de acuerdo con Carrillo (2016), el nuevo DIRCOM debe ser el de un profesional dedicado a la integración de las políticas de comunicación e información con el resto de la empresa, y destaca como la gestión de la comunicación es hoy más que nunca una función estratégica, en la que cada vez se asumen nuevas tareas como la gestión de la reputación online. También insiste en la relevancia de los perfiles de periodista-documentalista o content curator, cada vez más apreciados en las nuevas áreas de la comunicación corporativa, cuyas funciones de siempre, de documentación, análisis estratégico y difusión (Piñuel, 1999) sean cada más especializadas y se adapten a cada situación y cada contexto, teniendo en cuenta la creatividad, el contenido que sigue siendo el rey, la accesibilidad, la rapidez, y como se ha señalado ya, la transparencia. REFERENCIAS Aced, C. (2013). El perfil del dircom 2.0. En Cuadernos de Comunicación Evoca, Comunicación Corporativa: Al otro lado de la información. pp. 17-22. Evoca Comunicación e Imagen Carrillo-Durán, María-Victoria (2016). “Importancia del profesional de la información en la dirección de comunicación de las organizaciones”. El profesional de la información, v. 25, n. 2, pp. 272-278. Casado, A., Méndiz, A., & Peláez, I. (2013). The evolution of Dircom: from communication manager to reputation strategist. Communication&Society, 26(1), 47-66. López, L., & Cuesta, U. (2012). “Comunicación corporativa y redes sociales: cambiarlo todo para que nada cambie”. adComunica, (3), 23-25. https://doi.org/10.6035/21740992.2012.3.2 Losada, D. J. C. (2019). Comunicación de crisis en un mundo conectado. Editorial: EDIUOC, Barcelona Macnamara, J. (2016) “Organizational listening: Addressing a major gap in public relations theory and practice”, Journal of Public Relations Research, 28 (3- 4), 146-169 Mut Camacho, M. (2020). “Aprendizajes sobre el riesgo reputacional en época de Covid 19: la desinformación como riesgo corporativo”. Doxa Comunicación, 31, pp. 19-39. Vázquez Almendros, P. y Paniagua Rojano, F. J. (2022). “La labor de verificación de noticias desde el departamento de comunicación. Estudio de casos en el sector agroalimentario”. Revista de Ciencias de la Comunicación e Información, 27, 33-55. Zerfass, A., Buhmann, A., Tench, R., Verčič, D., & Moreno, A. (2021). European Communication Monitor 2021. CommTech and digital infrastructure, video-conferencing, and future roles for communication professionals. Results of a survey in 46 countries. Brussels: EUPRERA/EACD.

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